RESUMEN HISTORICO DEL NACIMIENTO DE LA COMUNIDAD CRISTIANA LA ESPERANZA
Los inicios de la Comunidad Cristiana Esperanza, datan desde el año 73, cuando los esposos Jorge y Mary Baker son invitados, con cierta frecuencia, por los esposos Grainger, misioneros de la Asociación ASIEMAG, a la Iglesia Evangélica Betel ubicada en el barrio Corea.
El señor Juan Meza, miembro de la Iglesia Betel, establece un vínculo de amistad con los esposos Baker, visitando de continuo el hogar de la pareja quienes vivían en el barrio Bavaria; a raíz de esta cercanía empieza a sentirse parte de un grupo diferente al que había nacido espiritualmente. Su oficio de peluquero le permitía tener contacto con diversas personas, situación que él aprovechó para iniciar un trabajo evangelîstico en su comunidad del barrio Corea.
En cierta ocasión, un joven, Wilson Castillo Ditta, agobiado por sus problemas, y atraído por las historias bíblicas que narraba Juan, acudió a la peluquería. Allí se encontró con otros jóvenes que al igual que él buscaban la orientación de este hombre. Ahí se formó un pequeño grupo (Diofanor Alfaro, Miguel Montalvo, Aquiles Llanes, Samuel Montesinos y otros) quienes, inquietos en aprender más sobre la palabra de Dios, fueron invitados por el señor Juan Meza a la célula cristiana que dirigía el misionero Jorge Baker en Bavaria, quien podía ayudarles en su crecimiento espiritual con un material bíblico llamado Fuente de Luz.
La presión ejercida por los amigos que no eran cristianos, manifestada en burlas constantes, llevó a algunos a desertar del estudio bíblico iniciado con los Baker; no obstante Aquiles Llanes, Miguel Montalvo, Juan Meza y Wilson Castillo continuaron.
Poco tiempo después la señora Mary Baker sufre un derrame visual. La búsqueda de un tratamiento, que le permitiera recuperar la vista y continuar con su obra misionera en Colombia fue inútil. Se ven obligados a regresar a los Estados Unidos, no sin antes dejar encargados del pequeño remanente a los misioneros Roberto y Ana Moyer, quienes vivían en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Lo primero que hicieron los esposos Moyer fue reunir parte del semillero que habían dejado los Baker, fue así como inician una Célula en el barrio La Esperanza, en casa de la familia Herrera (Jorge Herrera, su esposa Gladis e hijos). Los primeros asistentes a esta célula fueron: la familia Herrera. Juan Meza, Aquiles Llanes, Miguel Montalvo, Diofanor Alfaro, Roberto Fernández, Wilson Castillo y el niño Julio Llanes. Roberto Moyer llevaba la enseñanza y su esposa Anita Moyer le ayudaba con las alabanzas acompañada de una guitarra que tocaba el señor Juan Meza. Los Moyer debían viajar después del fin de semana a la Sierra Nevada de Santa Marta, pues su hogar se encontraba en Sarachui.
Después de seis meses el grupo se trasladó al barrio Manzanares, a un patio grande propiedad de la familia Camacho, quienes habían tenido contacto con los Baker. Aquí la obra que venía desarrollando la asociación por medio de la SAM coge fuerza.
Por tres domingos consecutivos Roberto Moyer no pudo bajar de la sierra a compartir la enseñanza; el encargado de asumir esta labor fue el hermano Jorge Herrera, pues era él más preparado del grupo y de esta manera se convierte en el primer colombiano en predicar en el grupo que más adelante se convertiría en La Iglesia la Esperanza. El segundo en predicar fue Saúl Martínez, hermano invitado por Roberto Moyer y miembro de la mesa directiva de AIENC (Asociación de Iglesias Evangélicas del Norte de Colombia). Ese día también asistieron Dionisio Mejìa y Ernesto Velasco. El número de visitas aumentó y el grupo fue creciendo, además los hermanos Camacho asistían a la iglesia en formación.
A finales de la década de los setenta llega el misionero Ambrosio Powel con su familia, traído por la Misión SAM. Ambrosio es ubicado en el barrio Manzanares en la calle 31 entre carrera 4 y 5. Su carisma, sencillez y fácil adaptación a nuestras costumbres le permite conseguir muchos simpatizantes entre la juventud.
Ambrosio empieza a discipular en su casa a: Aquiles Llanes, Miguel Fontalvo, Wilson Castillo y Miguel Barraza apoyado en el material Fuente de Luz, Meaux, la Biblia, etc.
Fortalecidos por el discipulado y con ganas de continuar la obra, Aquiles Llanes y Wilson Castillo ofrecen sus hogares para iniciar una célula los miércoles a las 7:00 pm, esto genera un gran avivamiento y surgen frutos, entre estos: José Manuel Llanes, Miguel Barraza, José Alfredo Diaztagle, Héctor Navarro, Orlando Llanes, Jesús Ditta, Jorge Miranda, Juan Meza, Aquiles Llanes, Miguel Fontalvo y otros jóvenes del sector. Todos ellos fueron dedicados, entregados y serios con la obra de Dios, convirtiéndose en pilares fundamentales de la naciente iglesia. El asesor espiritual seguía siendo Ambrosio Powel.
Se abre otra célula en el barrio Corea en la calle 13 con carrera 13, dirigida por Ambrosio Powel y con el apoyo constante de los jóvenes quienes animaban a los habitantes del sector a ser parte de la reunión.
Los hermanos Moyer vienen con menos frecuencia a Santa Marta, pues su trabajo misionero en la AIENC no se los permitía. La creciente popularidad de Ambrosio Powel en el barrio Manzanares le abre las puertas de muchos hogares, llevándolo a conocer al estudiante del Ateneo Moderno Andrés Zawady Pinto, quien se une al grupo y es usado grandemente por el Señor.
Como tarea los jóvenes se proponen la meta de evangelizar a todo el barrio Manzanares, casa por casa y con literatura cristiana en mano. En este propósito son ayudados por los “Grupos de Verano” integrados por jóvenes cristianos llegados de Estados Unidos que eran dirigidos por un señor llamado GuillermoPencille. La llegada de estos jóvenes fue fundamental en la evangelización de este sector, debido a la fuerte influencia que ejercía la iglesia Católica. El trabajo fue arduo, pues en un sector tan grande solo se contaba con una iglesia evangélica pastoreada por un señor de nacionalidad ecuatoriana llamado Poveda. Ellos y el grupo de la Iglesia La Esperanza en formación les correspondió hacerlo.
En el año 1981 Roberto Moyer trae a Colombia un grupo de misioneros encabezados por Guillermo Ogden y su esposa, junto con ellos vinieron Wally y MargieCason, Jack y Sharon Mcmanus , Ronald y Laurie Olson, ToddMclaughlin, Kent Carlson y Jaime Hough; tiempo después llegan otros misioneros: Guillermo y Rebeca Haggard, Carlos y Jackie Kenny, Belinda Heck y otros. El desarrollo ministerial de este grupo en Colombia durante el primer año de adaptación fue lento por cuestiones del idioma y el proceso de adaptación. Todos fueron presentados en el patio de los Camacho, donde se realizaban los cultos, mientras que Ambrosio seguía trabajando en Manzanares. Al discipulado se añaden otros jóvenes: Richard Bengoechea, Richard Castañeda y algunas jovencitas
Con la llegada del grupo misionero, los Moyer se vienen de la Sierra Nevada de Santa Marta y arriendan un apartamento en un sector llamado “Los cocos “. No obstante, la continuidad de la iglesia la tomó el jefe misionero Guillermo Ogden, un hombre estratégico y con visión, apegado al estudio y a las estadísticas; estos conocimientos los aplicó a los creyentes que habían dejado los Baker y al trabajo realizado por Ambrosio Powel.
Debido a la partida de la familia Camacho, se hizo necesario cambiar el lugar de reunión. La nueva sede escogida fue la Universidad Indesco, hoy día la UCC. Estando allí se suman otros miembros, tales como: Marina Pinto, Isabel de Castañeda, Doris Caro y sus hijos y algunos adolescentes entre ellos Wilmer Castañeda.
En esa misma fecha La SAM abre una librería cristiana en la calle 19 entre las carreras 4 y 5; además se inicia una reunión de jóvenes los días miércoles y sábados en la casa de Andrés Zawady dirigida por Ronald Olson y su esposa Laurie.
En la universidad conocemos a Rafael Gàmez, gracias al contacto que había establecido Roberto Moyer meses anteriores del traslado a nuestra nueva sede; Roberto lo había invitado anteriormente a algunos servicios a la iglesia Emmanuel. Allí, Rafael conoció a Ross Clemenger. Rafael Gàmez empieza a destacarse, se compromete firmemente con la obra, junto con Edith Robles de Gàmez (su madre ) y Alfredo Gàmez ( hermano menor) se dedican al evangelismo, a atraer personas para Cristo; fueron de gran bendición , pues su trabajo permitió que la obra creciera y el ministerio que desarrollaron en el Hospital de Tórax, el cual fue encabezado por la hermana Edith de Gàmez, Sharon y Jack., Antonia Reyes y el mismo Rafael duró unos tres años y fue el punto de partida para extender la labor evangelìstica a la cárcel, pues muchas de las pacientes que estaban en el hospital habían sido reclusas y manifestaban que nadie las iba a visitar a ese lugar. La hermana Edith impulsa un ministerio en la cárcel, junto con Antonia Reyes y Mercedes de Tete.
Simultáneamente Rafael Gàmez, en su carro Nissan Patrol color azul, inicia una nueva célula en el barrio San Pablo.
Rafael Y Edith de Gàmez empiezan a liderar una célula en su casa en el barrio “la calle nueva” (hoy minuto de Dios); esta célula contagió a todos con su ánimo; a todos les gustaba ir a esta reunión. Fue allí donde algunos jóvenes enseñaron y dirigieron un culto por primera vez. Algunos de los frutos de esta célula fueron: Alfonso Agamez, Alfonso Castañeda y su esposa Marlene, Pedro Pacheco, Johann Coombs, un joven llamado Tomm y su mamà y la señora Venecia entre otros. Todos bautizados. El trabajo desarrollado en este lugar, más el apoyo misionero permitió impactar al barrio San Pablo, donde se formó una célula muy notable y en la cual llegaron a congregarse: Antonia Reyes, César Meléndez, Teotiste Otero Nadis Hernández, Omar, Rafael Cabrera, Johny Campo, Henry Escorcia, MerlyEscorcia, Rosita y muchos jóvenes más.
La célula de la calle nueva crece al igual que las otras células .La organización va creciendo. Se hace necesario conformar una mesa directiva. Esta es dirigida por Guillermo Ogden e integrado por Rafael Gàmez y Wilson Castilla Ditta (Diáconos). Cualquier propuesta que surgiera, con respecto a la iglesia en formación, debía ser tratada por esta mesa directiva.
Los misioneros que venían trabajando por sectores empiezan a dar frutos visibles de su labor, los primeros entre ellos fueron Jack y Sharon; Ronald Olson, que reforzaba el sector de Manzanares y Wally que trabajaba por los lados de los Almendros, 20 de julio y San Jorge.
El salón de la universidad se fue llenando poco a poco, al punto que resultó insuficiente y se hizo necesario buscar otro sitio. El lugar escogido fue un colegio católico llamado Gimnasio Americano, ubicado en la avenida libertador.
Antes de salir de la universidad llegan nuevos creyentes a la iglesia: Juan Hernández y su familia, Marbel Maza y su familia, Jacinta Bellota y sus dos hijos menores. Por otro lado Guillermo hace contacto con Víctor Tete y su esposa, José Isaza y su familia. Guillermo empieza a trabajar con esos varones en la librería en horas de la noche en un discipulado avanzado con perspectivas a liderazgo. Ese grupo lo integraron: Aquiles Llanes, Víctor Tete, José Isaza, Rafael Gàmez y Wilson Castillo Ditta.
Cuando la librería La Esperanza se abrió al público fue atendida por los misioneros y Wilson Castilla Ditta. Los misioneros se turnaban por días y la gerencia estaba a cargo de Guillermo Ogden. No obstante, el hermano Guillermo observa que la obra estaba creciendo y que la librería les quitaba demasiado tiempo para la obra misionera; por ende contrata al pastor recién egresado del Instituto Bíblico de Ocaña Argemiro Paternina, para que trabajara con la librería y los domingos colaborara con la enseñanza en la iglesia, y en algunas oportunidades ayudara a Guillermo Ogden o a Rafael Gàmez. Al estar integrado con la iglesia y sobre todo con las enseñanzas, llega a formar parte del comité. En su orden, los directores de música en el culto dominical fueron JimHough, Kent Carison, Wilson Castilla y la hermana Rubiela, con los instrumentos ayudaban Ron Olson, con la guitarra o Jaime con el acordeón y el piano. En el segundo piso se reunían los adultos y en el primer piso los niños y adolescentes. También se daban clases bautismales y Fuente de Luz.
La estadía en el colegio no fue muy larga. Cuando La congregación se sentía cómoda en un salón amplio y con buena ventilación, la directiva del Colegio les dio un plazo para que desocuparan o suspendieran las reuniones. Es entonces que les toca regresar a la Universidad Cooperativa de Colombia; el rector les presta un salón un poquito más grande. En esta oportunidad llegan a la iglesia la señora Miriam Berna y su hermana Berenice, la familia Morón y Fredy Abeich (hermano de Andrés Zawady).
El cambio constante de sede y el aumento de miembros llevó al hermano Guillermo a manifestar al comité la necesidad de comprar un lote y construir un templo propio. Por ese mismo tiempo el hermano Argemiro Paternina renuncia de la librería La Esperanza y se va a pastorear una iglesia en San Juan del Cesar. En la Universidad quedan como predicadores los domingos Guillermo Ogden, Roberto Moyer y algunos misioneros como Wally, Ronald, Ambrosio y Rafael Gàmez.
En la universidad se complican las cosas, debido a que los cambian a los salones exteriores que eran más pequeños y calurosos. Esta situación avivó el deseo de construir el templo. Así es como el hermano Guillermo Ogden acompañado de Wilson Castilla inicia la búsqueda, del lugar apropiado para construir la iglesia, en un carro Fiat color verde de su propiedad, en el cual salían a recorrer toda la ciudad. Las expectativas de los miembros de la iglesia se inclinaban en que la iglesia debería quedar en los barrios La Esperanza o Manzanares, pero Guillermo y Roberto analizan bien el asunto y consideran que lo ideal sería comprar en un lugar más central, donde todos los hermanos pudieran llegar con facilidad y hubiese acceso de buses, pues ya existían células hasta en Mamatoco y otros lugares más distantes.
De tantos lugares en el centro, solo encontraron una casa de dos pisos que por poco se compra. Al hermano Guillermo y al hermano Wilson les gustó la ubicación; parecía ser el lugar indicado. Se encontraba ubicada diagonal al Palacio de Justicia y estaba cerca de la librería. Cuando indagaron por el precio de esta construcción, el propietario pidió una cifra exorbitante, tal vez porque era un extranjero el que mostraba interés en ella, elevó el precio. De todas formas siguieron orando por ese lugar y especialmente para que el dueño bajara el precio. Pero lo que no sabían era que Dios ya tenía un lugar mejor en la calle 24 con carrera 1C-114 esquina. Su mirada se dirige a ese lugar y empiezan a orar para encontrar el vendedor. Este sector era prácticamente una selva con puros árboles de trupillo y enmontado. Cerca de ahí sólo existía la antigua licorera y una chocita de madera que estaba en toda la carrera segunda. Siguieron orando hasta el día en que se adquirió el terreno, en el mes de junio de 1984.
Cuando Argemiro Paternina renunció a la librería, Roberto Moyer contrata a Rosario Oñate (Chachi) como nueva gerente de la librería. Todas las reuniones de la iglesia se hacían en la oficina d la librería; para ese tiempo Guillermo refuerza el comité de Diáconos quedando así: Aquiles, Rafael, José Isaza y Wilson Castilla.
Cuando se compra el lote, inmediatamente se empieza un arduo trabajo de limpieza. Las palas, machetes, cavadores, sancochos, fuegos y mataduras de culebras son algunos de los elementos y anécdotas que hacen parte de este comienzo. Muchos fueron los obreros que trabajaron allí: Miguel Barraza, José Manuel Llanes, La familia Gàmez, La familia Morón, Familia Zawady Pinto, Richard Castañeda, Héctor Navarro, Familia Reyes,Cèsar Meléndez, Nadis Hernández, Teotiste Otero, Miguel Fontalvo, Vicente Bonilla, José DiazgranadosDiaztagle, Julián, Wilmer Castañeda, Miriam Berna, Wilson Castillo y Los misioneros. Fue un grupo de hombres y mujeres que derramaron sangre y sudor, rayados por espinos y demacrados por el sol, todo por una causa: reunirnos en el nombre del Señor.
Más adelante cuando el terreno estaba limpio y plano se empezaron los cimientos de una paredilla pequeña construida por un hermano llamado Vicente Bonilla y el señor carmito; luego se hizo un cuarto de ladrillo que quedaba donde hoy día está la cafetería del Colegio. Ahí guardábamos las sillas y las herramientas; más adelante el hermano Eliécer Verdeza, ayudado por todos los hermanos, construye una enramada donde hoy está el salón múltiple. Aunque el lote estaba limpio, todavía las reuniones continuaban en la UCC.
Guillermo Ogden empieza un estudio de Exégesis aplicado al libro de Filipenses, como preparación de los hermanos pertenecientes a la mesa directiva: Rafael Gàmez, Aquiles Llanes, Víctor Tete, José Isaza y Wilson Castilla.
El apelativo “Iglesia La Esperanza” surge por la afinidad sentimental que había con el barrio La esperanza, puesto que allí fue donde prácticamente surgió la congregación y era la misma razón por la cual la librería coincidía con el nombre de la iglesia. Inmediatamente aprobado, se buscó un texto bíblico que se relacionara con la esperanza que tienen los creyentes en Cristo Jesús.
Antes de salir de la Universidad un triste evento empaña la felicidad de la naciente iglesia, el fallecimiento del misionero ToodMclaughlin en un accidente motociclístico en los Estados Unidos, se hizo un servicio especial en su memoria en el salón de la Universidad, al cual asistieron todos las amistades que él había dejado en Santa Marta y los hermanos en Cristo.
Para el año 1984 la señora Rosario Oñate renuncia a la librería y es contratado el pastor Hernando Cubillos como gerente de la librería. Además se esperaba que su experiencia pastoral contribuyera con el crecimiento y fortalecimiento de la iglesia.
El hijo menor del hermano Guillermo Ogden enferma, razón por la cual el debe partir de Colombia. Antes de su partida deja la iglesia establecida y Roberto Moyer asume su lugar e ingresa al consistorio y lo refuerza con Juan Hernández quedando así: Roberto Moyer, Rafael Gàmez, Wilson Castilla, Eliécer Verdeza, Juan Hernández y Aquiles Llanes.
Estos son los inicios de La Comunidad Cristiana La Esperanza, con un consistorio sólido con más de 10 años en su función. El actual consistorio está conformado por el pastor de la iglesia Hernando Cubillos, Wilmer Castañeda, Arturo Echenique, Luis Eduardo Enríquez y Alfredo Gàmez.